31 de octubre de 2008

Origen de la palabra "gringo"

Es muy curioso como se van formando y/o deformando los idiomas con el uso de los hablantes y sus circunstancias contextuales. Es por eso que en muchas ocasiones nos encontramos sorpresas cuando indagamos en el origen etimológico de las palabras. Tal es el caso de la palabra "gringo"; palabra que todos hemos utilizado en alguna ocasión para referirnos a los estadounidenses (no digo americanos, porque americanos somos todos), pero que pocos sabemos de su origen. Pues resulta ser que la teoría más aceptada al respecto (porque hay varias teorías), consiste en la asimilación del sonido de las palabras inglesas green go (verde, vete), que al parecer era utilizada por los mexicanos durante la invasión estadounidense de México de 1.847. Los militares invasores iban uniformados de verde, por lo que les gritaban que se volvieran a su casa: green go home, entre otros muchos insultos castellanos que no necesitan explicación...

30 de octubre de 2008

El Diablo llegó a La Habana

Después de pasear por tierras cubanas, la verdad es que el Diablo de esta historia podría darse una vueltica por Caracas y llevarse a unos cuantos...

21 de octubre de 2008

Vivimos de las apariencias

Hay varios dichos populares que podría citar en alusión al tema de este post, tal sería el caso del dicho "la primera impresión es la que cuenta" u otro más antiguo como "conforme te veo el hato, así te trato". Desgraciadamente, vivimos en una sociedad global marcada por la imagen y las apariencias. Apariencias que en Venezuela llegan a límites insostenibles, pues siempre hemos vivido en un país en el que el "status" siempre ha estado por encima de cosas mucho más importantes. Pondré como ejemplo, un caso antiguo que me contó mi padre en una ocasión y que siempre me ha resultado sumamente curioso. Esto ocurrió hace unos cuarenta y tantos años (y no es que las cosas hayan mejorado hoy en día) en el estado Zulia. A un concesionario de camionetas, llegó un señor con pinta de campesino, con ropa manchada y un tanto despeinado, ante tal aspecto ninguno de los vendedores que allí trabajaban se acercó ni tan siquiera a preguntarle al señor si deseaba algo. Mientras aquel hombre vagaba por el concesionario, uno de los vendedores fue a la oficina del gerente a informarle sobre dicho individuo, a lo que el gerente inmediatamente salió a hablar con el hombre y tras unas breves palabras con él, lo invito a entrar en su oficina. Transcurrido un tiempo, aquel hombre de aspecto pobre y sucio, salió de la oficina habiendo adquirido dos camionetas nuevas, las cuales pagó al momento y en efectivo; resulto ser que ese señor era dueño de unas tierras en las cuales había varias bolsas de petróleo y tenía firmado un arrendamiento con la antigua compañía Creole. Todos los vendedores se quedaron sin palabras y sin comisión de venta por suponer que ese hombre que no vestía traje y corbata solamente les haría perder su tiempo y no podría permitirse comprar ninguna camioneta. Por último hay que mencionar como anécdota y como moraleja, que el gerente del concecionario que habló con aquel hombre, era ciego, así que no sufrió del juicio precipitado que le podían haber causado sus ojos como les pasó a sus vendedores.

13 de octubre de 2008

Caraqueño siempre. Venezolano sólo a veces

Vamos a ponernos serios, así que para todos los caraqueños suspicaces que pueden leer esto y ven en el título un ”doble sentido” les digo que esto no va del famoso refrán capitalino. Solamente trato de expresar un sentimiento que tengo y que de igual forma he notado en muchos de mis paisanos nacidos en el Distrito Capital. Y es que esa mini república llamada Caracas junto con sus estados libres asociados Chacao, Baruta y El Hatillo, confieren a sus ciudadanos una idiosincrasia muy particular, una visión del mundo muy cosmopolita en un lugar donde la mayoría de sus pobladores tienen raíces de otras partes del país y del mundo. Cierto es que eso sucede también en otras partes del país, pero el caso de la zona capitalina es particularmente intenso puesto que por suerte o por desgracia nos desprendimos de casi todo nuestro pasado para formar una nueva ciudad con un crecimiento desigual con respecto al resto del territorio. Pero bueno creo que eso sucede en las mayorías de las capitales; la cuestión es que aunque todos compartimos la hallaca, la arepa y la delincuencia, cierto es que en Caracas muchos nos sentimos incómodos al salir a otras regiones, el día a día apresurado y caótico de la capital es algo que se disfruta o se detesta, y para aquellos bichos raros que disfrutamos de ese ambiente asfixiantemente urbano nuestra noción del hogar en el amplio sentido de la palabra se limita a la extensión que tienen las autopistas por las que se circula o se sale de la capital. Realmente es algo muy difícil de explicar y más difícil aun de comprender para los no capitalinos. Aquí no tenemos lago que nos separe ni un acento extremadamente diferencial como mis estimados amigos del Zulia, sin embargo muchos de nosotros también tenemos muy arraigado el sentimiento de pertenencia local; y aun sin caer en independentismos políticos absurdos pero ante todo y allá donde vaya, caraqueño siempre, venezolano solamente en ocasiones.