La devoción, envidia o como quiera que se llame que tiene y ha tenido Venezuela hacía Estados Unidos, es algo sabido por todos. Siempre se ha tratado de copiar al vecino del norte en muchísimos aspectos de nuestro día a día (no siempre con el resultado esperado); y es algo que se ha dado entre todas las clases sociales existentes. Y aunque si bien es cierto, que es un fenómeno más urbano que rural, cabe decir que si quedaba algún sitio a salvo de este hecho, al final terminó siendo corrompido también por los efectos de la televisión. Es algo ya endógeno y patógeno de la sociedad criolla y por mucho que las supuestas revoluciones y/o los comunismos disfrazados traten de erradicar, será una labor titánica imposible de lograr. Como muestra de esto, sirve mencionar un terreno invadido en la ciudad de Maturín (no sólo a los del este de Caracas les gusta ser sifrinos), el cual esta formado por un conjunto de ranchos (parabólica incluida) que se apropiaron del terreno anexo a un taller y que tenía su correspondiente reja, la cual ellos han conservado para darle exclusividad y seguridad al recinto. Y en la reja de acceso a los ranchos podemos leer un letrero de bienvenida que pone “Villas Barrow” o lo que es lo mismo en Castellano “Villas La Carretilla”. Y es que claro, aunque sean ranchos, aunque violen la propiedad privada, aunque muchos de sus inquilinos ni tan siquiera sepan localizar en un mapa los países anglófonos, hay que estar a la moda, tenemos que ser “in” y nada mejor para eso que hablar Spanglish, porque con ponernos nombres ingleses con escritura castellanizada no tenemos suficiente… Y es que en el fondo le guste a quien le guste, aunque no nos perdamos ningún programa presidencial los domingos y nos vistamos de rojito, nos morimos por ser pitiyanquis, porque Higuerote no es Miami…
25 de septiembre de 2009
Todos Somos “Pitiyanquis”
19 de septiembre de 2009
República Bananero Tecnológica de Venezuela
Desde que en el país comenzara la revolución petrolera hace más de 50 años, la sociedad criolla ha sido consumista de última moda a nivel tecnológico; este gusto nacional, sumado a una moneda fuerte (porque el Bolívar fue una moneda fuerte y no necesitaba del adjetivo para disfrazarla como en la actualidad) y a la proximidad con Estados Unidos dio como resultado que Venezuela fuera un mercado puntero en consumo de electrónica. Que nostalgia de aquellos tiempos de bonanza real, de los cuales por mi edad solamente viví los del comienzo del declive. El problema actual es que el gusto criollo no ha variado a pesar de la nueva situación que se vive; hay quien prefiere tener la nevera vacía, con tal de llevar encima el último celular o el último laptop. Pero esto va mucho más allá y es que el gobierno contribuye a esta situación absurda, obligando a la población a gastar el dinero en tecnología prescindible. Tal es el caso de las universidades públicas, Onidex y ahora también el INTT. Desde ahora todos los trámites de este organismo se harán por internet; se terminaron las colas, los funcionarios estúpidos y los teléfonos que comunican; según ellos todo son puras ventajas… Pero que utilidad tiene eliminar la atención cara a cara en un país donde la mitad de la población que requiere de dichos trámites no tiene conexión a internet en su hogar; unos porque no pueden pagar la conexión y otros porque no tienen computadora que soporte el servicio o simplemente porque no tienen. Donde CANTV funciona cada vez peor (y no es que antes fuera una maravilla) y la luz se va a cada rato (cuando no es un sabotaje pitiyanqui , es una tormenta tropical). Sinceramente es absurdo eliminar el servicio de atención personal de toda la vida cuando gran parte de la población aun no dispone de muchos servicios básicos primordiales. Pero que importa, ahora Venezuela es de todos y todos somos modernos y con infraestructuras de primera. Y por supuesto gracias al socialismo ahora todo el mundo tiene el mismo poder adquisitivo… Todos pobres.
3 de septiembre de 2009
El Metro de Caracas, otra gloria decadente...
P.D. Mis respetos a todos los profesionales que trabajan desde hace años en la compañía Metro de Caracas y que como simples asalariados tienen que trabajar bajo estás condiciones día a día tratando de hacerlo lo mejor posible.