11 de noviembre de 2007

Chávez haciendo el ridículo (otra vez)

Definitivamente hay gente que nunca cambia, y lamentablemente el señor Hugo Chávez es uno de ellos. Al margen de mis opiniones políticas creo que solamente debemos fijarnos en la actitud demostrada en la XVII Cumbre Iberoamericana celebrada en Chile; e insisto muy al margen del discurso que estaba haciendo y sin polemizar si era correcto o no, lo que es evidente es que demostró una falta de educación y respeto hacía sus interlocutores, al no respetar el turno de palabra de otro mandatario. Ya es una gran falta de educación, no respetar el turno de palabra de otras personas dentro de conversaciones banales, pues peor aun cuando nos referimos a cumbres internacionales entre mandatarios, donde además de un protocolo, debe existir un amor propio y una formalidad propia de personas que van en representación de países con millones de ciudadanos. Es por eso que hoy los venezolanos volvemos a sentir vergüenza ajena al ver las imágenes de Hugo Chávez interrumpiendo reiteradamente el turno de palabra del presidente de España el señor Zapatero; hecho que produjo la indignación del Rey Don Juan Carlos I que concluyó con una bofetada verbal diciéndole a Chávez "¿por qué no te callas?". Ya es pateticamente habitual la imagen en los medio de comunicación del señor Chávez haciendo el ridículo a nivel internacional, si no recordemos por ejemplo aquel bochornoso momento en el que abrazó al emperador Akihito de Japón, cuando es de sobra sabido en todos los ambientes protocolarios que jamás se abraza a un rey o emperador de otra nación (menos en la primera visita) y que de paso, en la cultura japonesa el contacto físico no esta bien visto, por eso ellos se saludan haciendo reverencias que no implican contacto. Desgraciadamente para todos nosotros, parece ser que en la Misión Rivas no se dan clases de protocolo y ética, pero lo que si es un hecho, es que si se impartieran dichas clases, el señor Chávez debería asistir frecuentemente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chávez, ya se sabe como es. Lamentable.
Pero el Rey de España, más lamentable aún, comportandose de esta manera, como un tertuliano barato, sin educación ni diplomàcia.