17 de abril de 2008

La Fidelidad no es cosa de humanos

Cuantas historias hemos oido todos al respecto de las infidelidades, los engaños y las mentiras reiteradas. Realmente creo que cada uno de nosotros podríamos escribir al menos un pequeño libro con las situaciones que nos han afectado directamente o con las anécdotas contadas por nuestros allegados. La cuestión aquí es que definitivamente la fidelidad y la lealtad no son cosas de los seres humanos, da igual si se es hombre o mujer, al final de cuentas todos estamos movidos por pasiones o intereses en este deshumanizado mundo que nos rodea. Sin embargo los animales (a cuya especie pertenecemos, pero de la cual sólo hemos copiado lo malo) no conocen mentiras ni sentimientos ambiguos; y como muestra de ellos dos casos sucedidos en España y Japón respectivamente, de los cuales ya se ha dado noticia, pero hoy me parecía tan buen momento como cualquier otro para comentarlos. En ambos casos los protagonistas son dos perros. El primero de ellos un perro llamado "Canelo", que llego con su dueño hasta la puerta del hospital donde este le dijo: “Espérame aquí, amigo mío”. Entró y no volvió a salir. El perro ha estado durante años esperando a la puerta del hospital, mirando con desasosiego a todas las personas que salian intentando reconocer a su dueño entre alguno de ellos. El otro caso es el de "Hachiko", un perro que acompañaba a diario a su dueño hasta la estación del metro y allí lo esperaba hasta su regreso del trabajo día tras día. Hasta que un día su dueño no regreso, y el perro espero en las inmediaciones de la estación hasta que también falleció. En ambos caso la fidelidad, el amor y la amistad más allá de la muerte y del entendimiento predominaron hasta sus últimas consecuencias. Realmente es toda una lección de vida.

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