21 de octubre de 2008

Vivimos de las apariencias

Hay varios dichos populares que podría citar en alusión al tema de este post, tal sería el caso del dicho "la primera impresión es la que cuenta" u otro más antiguo como "conforme te veo el hato, así te trato". Desgraciadamente, vivimos en una sociedad global marcada por la imagen y las apariencias. Apariencias que en Venezuela llegan a límites insostenibles, pues siempre hemos vivido en un país en el que el "status" siempre ha estado por encima de cosas mucho más importantes. Pondré como ejemplo, un caso antiguo que me contó mi padre en una ocasión y que siempre me ha resultado sumamente curioso. Esto ocurrió hace unos cuarenta y tantos años (y no es que las cosas hayan mejorado hoy en día) en el estado Zulia. A un concesionario de camionetas, llegó un señor con pinta de campesino, con ropa manchada y un tanto despeinado, ante tal aspecto ninguno de los vendedores que allí trabajaban se acercó ni tan siquiera a preguntarle al señor si deseaba algo. Mientras aquel hombre vagaba por el concesionario, uno de los vendedores fue a la oficina del gerente a informarle sobre dicho individuo, a lo que el gerente inmediatamente salió a hablar con el hombre y tras unas breves palabras con él, lo invito a entrar en su oficina. Transcurrido un tiempo, aquel hombre de aspecto pobre y sucio, salió de la oficina habiendo adquirido dos camionetas nuevas, las cuales pagó al momento y en efectivo; resulto ser que ese señor era dueño de unas tierras en las cuales había varias bolsas de petróleo y tenía firmado un arrendamiento con la antigua compañía Creole. Todos los vendedores se quedaron sin palabras y sin comisión de venta por suponer que ese hombre que no vestía traje y corbata solamente les haría perder su tiempo y no podría permitirse comprar ninguna camioneta. Por último hay que mencionar como anécdota y como moraleja, que el gerente del concecionario que habló con aquel hombre, era ciego, así que no sufrió del juicio precipitado que le podían haber causado sus ojos como les pasó a sus vendedores.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me parece que esto ha sucedido desde antes de cristo y lo digo en serio, no exagerando. Desde que el hombre es hombre sufrimos de prejuzgar a las personas, es más, yo diría que hasta en la naturaleza, los animales adoptan formas y colores para aparentar más ferocidad o tamaño como mecanismo de defensa. A lo que voy es que achacarle este mal a "la sociedad globalizada" un cliché de la época. En la edad media dirían lo mismo con otro término.